Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.» (1 Corintios 15:45) Existen dos tipos de personas en todo el mundo:
• Aquellos que son alma viviente. (Naturaleza de Adán y Eva)
• Y los que son espíritu vivificante. (Naturaleza divina)
Los que nacieron de nuevo y ahora son espíritu vivificante, tienen la condición espiritual de oír la voz de Dios, comprenderlo y obedecerlo.
Pero los que tienen la naturaleza humana, sólo entienden las cosas terrenas, no les interesan las cosas espirituales y mantienen un carácter egocéntrico.
Cuando una persona tiene la naturaleza divina, tiene los ojos y el corazón de Dios, además piensa como Él. Por ejemplo: sólo quien tiene la naturaleza divina consigue perdonar las más grandes ofensas, se preocupa por los afligidos, despreciados, enfermos y mas necesitados, mostrando un corazón igual al de Dios.
La naturaleza de los que son alma viviente, es corrupta, engañadora, mentirosa y sobretodo, egoísta. Pero la naturaleza del Señor Jesús es pacífica, tiene buenos ojos y siempre piensa bien de las demás personas.
¿Cómo dejar de ser alma viviente y convertirse en espíritu vivifocante? No es suficiente decir “yo creo”, usted sólo puede ser espíritu cuando se entrega de cuerpo, alma y espíritu, es decir, tras una entrega del 100% a Jesús.
Es normal que las personas que son alma viviente culpen a Dios por todos los fracasos que le suceden, esto se debe a la ausencia de los buenos ojos; pero quien recibe el Espíritu Santo se convierte en espíritu vivificante, en ese momento usted sale del reino de este mundo y entra al Reino de Dios, esperando su partida hacia el Reino de los Cielos.
Para entrar al Reino de Dios no es suficiente apenas creer, porque incluso los demonios “creen” y tiemblan… (Santiago 2:19), si la fe no está acompañada de actitudes de sacrificio y entrega total a Dios, no tiene ningún valor. Una entrega del 99% no sirve.
Dios no da su Espíritu por medida, por eso la entrega a Dios no puede ser por medida, tiene que ser total. Dios es el alfarero y nosotros el barro, con el cual Él hará un vaso nuevo, para esto es necesario que se deje moldear, entregando su vida completamente en las manos de Él. Cuando usted se entrega a Dios, Él se entrega a usted en la misma medida.
El día 6 de Agosto tendremos el Ayuno de Daniel, serán 21 días sin informaciones seculares, para aquellos que quieren dejar de ser alma viviente y transformarse en espíritu vivificante.