Al terminar el día las calles, veredas y puentes de Guayaquil, en muchas opciones, se convierten en refugios, los cuales son de mucha ayuda para aquellas personas que, a causa de los problemas que a traviesan, decidieron salir de sus hogares para vivir en las calles. Ellos llevan semanas, meses e incluso años sobreviviendo día a día e intentando la forma de salir de esa situación, pero no lo han logrado y han encontraron en las sustancias ilícitas, la manera de no sentir hambre ni frío. Es por ello que, semanalmente, un grupo especial de la Iglesia Universal, llamado “Ángeles de la Noche”, no desiste de ayudar a los sufridos sin importar a donde tienen que ir, para alcanzar aquella persona y mostrar que existe una salida.
“Hemos venido varias semanas a este punto y es muy bueno, porque constantemente vemos diversas personas que necesitan de ayuda. Algunos de ellos viven en las calles, otros vienen a vender diversos productos para ayudar a su familia, pero todos tienen algo en común, la falta de Dios en sus vidas los ha llevado a sentir un vacío en su interior, el cual no saben llenar. Por eso damos para ellos lo que hemos recibido”, dice uno de los voluntarios.
Cada uno de los que se acercan al punto de encuentro reciben orientación, un periódico, y oración; al finalizar proceden a recibir una merienda, preparada con mucho cariño por parte de los voluntarios.