Aprendí que Jesús es todo lo que necesitaba
“Era temperamental, vivía en fiestas, todo esto me proporcionaba una alegría momentánea”, cuenta Dalila.
“Pensaba que mi familia no me amaba, por eso nutría rabia contra ellos. Tenía demasiados conflictos en mi interior, perturbaciones espirituales, pesadillas, veía espectros y escuchaba voces, fueron tantos años sufriendo con esto que llegué a pensar que era algo normal, el vacío aumentaba hasta que se convirtió en una profunda tristeza”.
Sin equilibrio emocional no se le hacía fácil lidiar con las finanzas: “El poco dinero que ganábamos y la mala administración, nos llevaba a pasar necesidades”. Afirma.
Pero en medio de todos esos problemas, una luz al final del túnel trajo esperanza para Dalila: “Recibí una invitación para participar de una reunión en la Iglesia Universal, acepté ir y muchas cosas en mi vida cambiaron, estaba feliz, pero terminé apartándome de Dios, y en ese lapso todo volvió a ser como antes, regresaron las peleas en mi casa, al punto que casi me separo de mi esposo, pero lo peor de todo fue cuando mi hija comenzó a sufrir con cáncer, los médicos dijeron que había que amputarle la pierna, me abatí tanto con esa noticia que en medio de la desesperación, me acordé de los milagros que Dios había hecho en mi vida. Volví a la Iglesia con mi hija y le dije que Dios haría un milagro. En aquella época había empezado la Hoguera Santa y decidí lanzarme, manifesté mi fe y tres días después mi hija estaba curada”.
Habiendo aprendido el camino al éxito, Dalila no dudó de lo que debía hacer para que haya un cambio completo en su vida: “En otra Hoguera Santa pedí a Dios Su Espíritu, me entregué cien por ciento, me bauticé, perdoné y renuncié a mi propio “yo”, así fui bautizada con el Espíritu Santo y con Él vino el combo completo, paz, alegría, mi visión cambió, mi familia y matrimonio fueron restaurados, conquistamos nuestro negocio propio, la casa y carro. Dios completó nuestras vidas”, finaliza. Sra. Dalila Arana