Polución es todo aquello que contamina, perjudica el equilibrio y alertas a las propiedades físicas, químicas, y biológicas…
Cuando nos sentimos demasiados envueltos, embriagados o dependientes a algo que no nos hace bien, la primera señal del cuerpo es reaccionar de forma negativa para darnos a conocer que estamos necesitando de una desintoxicación.
La gran pregunta que le hago a muchas personas que viven su vida de modo automático, seguido de una rutina diaria y que terminan controlando no sólo lo que hacen, si no también lo que son en su esencia es: ¿Cuál es el resultado?
De mañana se despiertan, toman un baño y cuando ven las noticias aprovechan para desayunar. En el camino hacia el trabajo, en el carro escuchan la radio, en el transporte público leen un libro o escuchan música para distraerse.
En el trabajo, absorben más información proveniente de internet, sities, noticias, acompañada de música para entretenerse y pasar el tiempo. De regreso a casa la rutina es semejante a la ida al trabajo y cuando llegan lo primero en hacer es prender la televisión, la misma que sólo se apaga cuando se van a acostar, y eso si no duerme con la televisión prendida.
El fin de semana, a veces, lo pasan junto a familiares, nuevamente alrededor de la televisión para ver los programas que no tuvo la oportunidad de ver en la semana… vuelta viene el lunes y comienza la misma rutina.
Un cuerpo aparentemente con vida, pero su alma y espíritu limitados y visiblemente apagados.
Se preguntará: “¿qué está pasando conmigo?” pues bien lo que esta pasando con usted es simple: usted no se a preocupado en alimentar su espíritu de la misma manera que se preocupa en alimentar su cuerpo.
¿Y cuáles son los alimentos para el alma? La oración; la búsqueda del Espíritu santo; la lectura de la Palabra de Dios, el ayuno; darse tiempo para la meditación/reflexión y la abstinencia de los audiovisuales en general.
Del 29 de Enero al 18 de Febrero serán 21 días intensivos para un espíritu saludable. Usted se “alimentará” de los alimentos para el espíritu no sólo para purificarlo, si no también para fortalecerlo. ¿Y qué son 21 días de los 365 que tiene el año? ¡El período de tiempo necesario para hacer una limpieza de su espíritu este conecto a Dios, por eso, no pierda una oportunidad más!