Día tras día enfrentamos dificultades en todas las áreas de nuestra vida, sin embargo, en la economía surgen verdaderos desafíos que nos llevan a plantearnos cómo encararlos para vencerlos. A través de prueba y error llega el desgano y uno desiste de luchar para vencer ese desafío. Pero mientras más procrastinemos la resolución de ese problema peor nos sentiremos porque sabremos que ese desafío está ahí esperando una actitud de nuestra parte.
La sensación de sentirse incapaz de hacer aquello que esperamos, y esperan de nosotros, nos invade y nos sentimos sobrecargados, presionados, llenos de exigencias. En ese momento es crucial pedirle sabiduría a Dios, esa actitud representa colocar a Dios al frente para que nos guíe. Reconozca que necesita de la ayuda de Dios y pídale que le muestre lo que debe hacer usted y lo que debe dejar en Sus manos. Usted sabrá que Él le respondió cuando tenga certeza de lo que debe hacer. Experiméntelo y no se arrepentirá.