Usted va por el tercer o cuarto matrimonio, y los problemas conyugales se repiten.
– No hay eficacia en la comunicación: largas discusiones donde todo el mundo grita, no se entienden y no resuelven nada.
– Su pareja está acostumbrado (a) a engañar o mentir a menudo y usted lo acepta.
– Los celos dominan su corazón y le hace tener actitudes impulsivas.
– Ya no hay más respeto en su relación: peleas violentas, traiciones, pornografía.
– Los familiares están por delante de su marido o su esposa.
– Si usted está soltero, no consigue tener una relación fija. Son muchas las situaciones que definen el desorden amoroso. A menudo este lío es literal: uno de los cónyuges es desorganizado y sobrecarga al otro, otra, la desorganización está en la parte financiera, lo que provoca muchas discusiones entre la pareja.
El punto es que cuando hay problemas en el amor, todas las demás áreas de la vida sufren consecuencias. La persona tiende a enredarse en todo: llega tarde a algunos lugares, no puede cumplir con sus horarios. Muchas veces, en medio de tantos problemas, sólo hay una solución que parece viable: desistir en tener una relación feliz.
Pero, infelizmente esa es la peor opción, porque enmascarar el problema puede hacer que sea aún peor. Así que en la próxima Terapia del Amor usted aprenderá a cómo reorganizar su vida amorosa y descubrirá lo que realmente funciona para resolver las dificultades de una relación.