Uno sube con su todo al Altar y Dios desciende con Su todo sobre su vida.
Quien cree sigue los pasos de Dios, mientras que quien no cree, sigue sus propios pasos.
La fe y la obediencia caminan juntas, por eso quién cree, obedece a Dios y quien no cree, no consigue hacerlo.
Quien sacrifica tiene la certeza que la promesa de Dios se cumplirá en su vida, pues tiene conciencia que haciendo su parte, Dios hará la parte de Él.
Vamos a subir al Monte Sinaí con el objetivo de alcanzar la promesa divina: “…haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra del Señor.” (Éxodo 34:10)
Dios descendió al Monte Sinaí, esta maravilla fue vista por Moisés y todo el pueblo de Israel; hoy en día, Dios quiere descender sobre su vida y transformarla en una maravilla.
Participe este domingo 15 de Diciembre a las 9 de la mañana, en la concentración de Fe y Milagros y aprenda por la fe como vencer aquellas situaciones difíciles que por mucho tiempo le han esclavizado al sufrimiento. Av. de Las Américas 305, al norte de Guayaquil, o en la Iglesia Universal más cerca de su hogar.