Sufrí con úlcera gástrica, me dijeron que tenía principio de cáncer porque mi estómago estaba lleno de llagas; tomé muchas medicinas, pero no mejoraba, por otro lado, tenía problemas espirituales, insomnio, veía sombras, sentía miedo, sufría con nerviosismo, lloraba todos los días. Perdí el deseo de vivir. Intenté suicidarme tomando veneno, pero una persona apareció y evitó que lo hiciera. Mi hermana me invitó a la Iglesia Universal, donde aprendí a usar mi fe y haciendo el Tratamiento con el Agua Bendita fui curada y liberada totalmente de los males que habían en mi vida. Hoy soy feliz, segura, tengo paz y alegría
•• Sra. María Rivera