Cuando una pareja entra en el modo “no estamos hablándonos” es porque antes pasaron mucho tiempo en el modo “no estamos oyéndonos”.
¿Quién quiere hablar con alguien que no le escucha?
Todo el mundo quiere tener la razón. Y todo el mundo quiere ser oído. La verdad es que alguien siempre tiene razón, pero igualmente todo el mundo quiere ser oído. Usted puede no estar de acuerdo con todo lo que su compañero dice, pero puede hacer un esfuerzo para realmente oírlo e intentar entender su punto de vista. Cuando su compañero no concuerda con usted, pero se esfuerza para escucharla y finalmente entiende su posición, usted se siente más satisfecho. Él no lo ignoró o fue un dictador. Por lo menos una de sus necesidades, la de ser oído, fue suplida.
No basta que ustedes estén hablándose. Ustedes necesitan estar oyéndose. Y oír es el primer paso de la comunicación. Ni a mí me gustaría que Cristiane siempre estuviese de acuerdo conmigo, pero siempre voy a querer que ella me escuche y me entienda. Estar de acuerdo es una cosa, entender es otra. Usted puede no estar de acuerdo siempre, pero puede buscar oír y entender a su compañero.
Cuando se trata de una relación, ¿por qué insistimos en recibir en vez de dar? El noventa y nueve por ciento de las personas que nos buscan con sus quejas sentimentales nos dicen solo lo que el compañero no está haciendo por ellas. Mi marido no me atiende, mi esposa no quiere tener sexo conmigo, mi novio no me llama… El foco siempre está en lo que el otro no está haciendo. Y ella, ¿está dando para recibir?
Tenemos que ser iniciadores para poder ser receptores.
Ser oído es una de las necesidades más básicas del ser humano. Trágicamente, esa necesidad no es atendida por la mayoría de los cónyuges. Por eso la mayoría de los casos de traición ocurre porque el cónyuge encontró en el amante una parte del cuerpo extremadamente sexy: un oído abierto.
Tal vez usted esté cometiendo este error con su compañero. Pruebe oírlo y realmente entenderlo, aunque no esté de acuerdo. Resista la tentación de retrucar, defenderse, o contraponer su punto de vista. Solo escuche. Atentamente. Y trate de entenderlo.
No es difícil.
Una de las señales de gran inteligencia es la capacidad de apreciar diferentes puntos de vista sin cambiar el suyo necesariamente.