Según un nuevo informe de la Organización Panamericana y Mundial de la Salud (OPS/OMS), ‘La carga de los trastornos mentales en la Región de las Américas en el 2018’, los problemas de salud mental producen más de un tercio de discapacidad total en las Américas. Los países destinan sólo el 2 por ciento del presupuesto de salud a la prevención y el tratamiento de estos trastornos.
Este estudio también ha revelado que los trastornos depresivos son la principal causa de discapacidad y, cuando se considera la discapacidad junto con la mortalidad, representan el 3,4 por ciento del total de años de vida, ajustados en función de la discapacidad (AVAD) y el 7,8 por ciento del total de años perdidos por discapacidad (APD); seguidos por los trastornos de ansiedad, con el 2,1 por ciento y 4,9 por ciento, del total de AVAD y de APD.
De todas las enfermedades del mundo, la depresión quita la capacidad de producción, de creación y de realización de las personas. Es una enfermedad extremadamente seria y grave, que necesita de un tratamiento correcto.
Perdí la capacidad de todo
Pasé a sentirme irritado por todo, comencé a padecer de fuertes dolores de cabeza, no sentía apetito y no conseguía dormir por las noches.
Un día estaba en el campo de fútbol y de la nada comencé a sentir nervios, empecé a gritar que quería salir de ese lugar. Fui al psiquiatra, pero no mejoraba, llegué a desarrollar un síndrome de pánico y todo los días me medicaban. Pasé a sumergirme en la depresión por haber perdido mi carrera de futbolista.
Así llegué a la Iglesia Universal, donde sentí alivio desde el primer día. Comencé a participar de la cadena de liberación los viernes y hoy gracias a Dios estoy completamente libre de la depresión y todos sus males. ••• Sr. Leandro O.
La depresión me llevó al tormento
Desde muy pequeña empecé a sufrir con depresión, sentía miedo de todo, sufría con pesadillas de personas muertas.
Con el paso del tiempo no conseguía dormir por las noches, sentía que me tocaban, que me halaban de los pies. Por otro lado, sentía odio por mi madre. A los 14 años me hice de compromiso pensando que sería feliz, pero todo empeoró, no nos comprendíamos era horrible, además comencé a sufrir con problemas del corazón. Así conocí la Iglesia Universal, y cuando entendí que sólo Dios podía ayudarme, porque los problemas que tenía radicaban en un mal espiritual empecé a dormir bien, dejé de ser atormentada y pasé a tener paz y felicidad. ••• Sr. Jenny Tigrero
La depresión puede ser el mal del siglo, pero no necesita ser el suyo, por eso busque ayuda. La Iglesia Universal reservó un día especial para combatir la depresión, Viernes, en la cadena de Liberación Espiritual, a las 7H, 10H, 15H, especialmente a las 19H, en el Templo de la Fe, ubicado en la Av. de las Américas 305, norte de Guyaquil. También puede visitar la Iglesia Universal más cerca de su casa, ¡Participe!