Un trastorno depresivo puede afectar la vida de una persona, en todos los sentidos desde la manera de comer y dormir hasta la forma de pensar y sentir las cosas acerca de uno mismo.
Tristeza, ira, frustración, sentimientos de pérdida. Cuando uno de estos sentimientos interfiere con la vida diaria durante un tiempo prolongado se puede considerar que la persona sufre depresión.
Aunque no todos experimentan los mismos síntomas, todos ven comprometidos de forma negativa su ámbito laboral, social y familiar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en todo el mundo la depresión afecta a más de 350 millones de personas, y causa alrededor de un millón de muertes anuales, especialmente por suicidio.
Los síntomas son disímiles y entre los más frecuentes se encuentran: sentimientos de tristeza o “vacío”, pensamientos pesimistas o de desesperanza, culpa, irritabilidad, pérdida del interés en actividades o hobbies que le producían placer, cansancio o pérdida de la energía, dificultad en la concentración o en la toma de decisiones, insomnio o sueño no reparador, pensamientos recurrentes de muerte o de no vivir.
Si usted sufre con depresión, traiga una prenda de ropa para ser presentada al Dios que libera y Él arrancará toda maldición que está destruyendo su vida.