«Porque has sido fortaleza para el pobre, una fortaleza para el necesitado en su aflicción, protección en la tormenta y sombra en el calor; porque el ímpetu de los tiranos es como una tormenta contra el muro.» (Isaías 25:4).
El pobre que teme a Dios es rechazado por muchos, pero como confía en las Verdades de Su Palabra, encuentra fuerza y el refugio necesario para protegerse en el momento de la aflicción. Sin importar las tempestades, Dios es fiel.