Todos podemos pasar dificultades económicas. Un negocio que no resulta como fue planeado, por ejemplo, puede complicar el panorama económico, generando deudas, riesgos futuros y hasta complicaciones para cumplir compromisos que habían sido tomados con anterioridad.
Esos enemigos económicos que aparecen de la nada pueden llevarlo a la ruina si usted no está preparado. La Biblia nos muestra que Dios dijo: “Hallé a David mi siervo; lo ungí con mi Santa Unción. (…) quebrantaré delante de él a sus enemigos, y heriré a los que le aborrecen”, (Salmos 89:20-23). Cuando una persona recibe la Santa Unción, con ella recibe el poder de Dios para vencer y quebrantar a sus enemigos, sin importar quiénes sean o cuán fuertes parezcan. Si su economía o sus finanzas se encuentran rodeadas de enemigos, sepa que puede contar con el poder de Dios para derrotarlos.