Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” Juan 14:26
¿Sabe aquellos momentos en los que usted pasa por una situación en la que no sabe qué hacer? Es en esos momentos que el Espíritu Santo Le enseña, Le guía y Le muestra la puerta de salida, pero esto sólo sucede en la vida de aquellos que tienen el Espíritu Santo.
Hoy en día, al leer un diario, usted se espanta con noticias de personas que se quitaron la propia vida, éstas delante de los problemas, no supieron qué hacer y terminaron tomando la peor decisión, debido a una única cosa, la falta del Espíritu Santo en sus vidas.
Muchas personas poseen una gran inteligencia, tienen titulos, estudios y saben al respecto de muchas cosas, pero todo eso llega a no ser suficiente cuando se encuentran frente a los problemas, ¿por qué?, porque espiritualmente son personas vacías.
“Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo. Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis. No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.”
Jesús quiso decir, que nada en Él pertenecía a satanás, o sea, nada de lo que Él hacía agradaba al diablo, Él no usaba la mentira, no fornicaba, no se prostituía, ni maltrataba o golpeaba a las personas, por eso Él afirmaba: “En Mí no hay nada de satanás” y así como en Él, no puede haber nada del mal en usted, ni engaño, ni mentira, falsedad, infidelidad, una vida deshonesta que no agrada a Dios.
Cabe a cada uno examinarse para identicar si en su vida hay o no algo que pertenezca al diablo, por ejemplo, muchas personas dicen que su mal carácter es su “manera de ser”, pero esa forma de ser está lastimando a otras personas, ese carácter inflexible aleja a las personas, lo que le puede llevar a quedarse solo, y no será culpa de nadie, sino de sus propias acciones.
Cuando hace lo que agrada al mal, le está dando permiso para que actúe en su vida, el Señor Jesús venció al diablo, porque no tenía nada de él en sí.
¿Usted quiere vencer al mal? No aloje dentro de sí nada que le pertenezca, y sí al analizarse se da cuenta que ha dado cabida al mal en su vida, pida perdón a Dios, y decida cambiar de verdad para que el Espíritu Santo descienda sobre su vida y le enseñe todas las cosas, Él le dará paz.