La fe es tener certeza de lo que aún sus ojos no han visto, esta fe se refleja en sus actitudes.
Cuando las personas andan por la vida llorando, sufriendo y lamentándose por lo que le pasa, su vida se vuelve más caótica de lo que es.
Deposite su confianza en Dios, haga su oración y crea que lo que ha pedido se va a cumplir. No quede llorando y lamentándose después de haber realizado su pedido, sólo confíe.
Dios no va a transformar su vida por la cantidad de lágrimas que usted derrame, Él va a cambiar su vida por su Fe. Un claro ejemplo de que a Dios no lo conmueve el llanto, lo vemos en Marcos 5:38-42
“Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de Él. Mas Él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con Él, y entró donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. Y luego la niña se levantó y andaba…”
El Señor Jesús no revivió a la niña por las personas que estaba allí llorando, sino que lo hizo por la fe que el padre de ella mostró. Es así que debemos actuar, Dios no va a transformar su vida por sus lágrimas o por pena, Él la va a transformar por su confianza. Si desea aprender cómo poner en práctica su fe, venga y participe de esta reunión de los Casos Imposibles, todos los sábados especialmente a las 7h y también a las 18h30.