“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”. Filipenses 2: 5-11
Jesús siendo el Dios hijo, se hizo ser humano y se sometió a una muerte sangrienta en la cruz, derramó todas su sangre por amor a todos nosotros, sin embargo, muchos, Le reclaman el hecho de que todo les vaya mal y como si fuera poco, dicen que Él no les ayuda, es decir, apenas quieren Su ayuda y no se dan cuenta que ellas deben hacer su parte, entregarse por completo a Él así como Él ya lo hizo por todos, pues sólo entonces, Jesús tendrá libre acceso a transformar aquellas vidas como tanto desea.
Jesús se humilló y despojo de Su señorío para volverse un ser humano, imagine, los ángeles se curvan ante Su presencia en el cielo, en la tierra la humanidad se curva e incluso debajo de la tierra, satanás también tiene que doblegarse, es decir, todos se doblegan delante de Jesús, pues Su nombre está sobre todo los nombres.
Por este motivo a partir de hoy se dio inicio al Ayuno de Daniel, por el cual en el transcurso de 21 días buscaremos acercarnos más a Dios, alejándonos de informaciones seculares, todo apenas para adorar y exaltar el nombre de Jesús.
Acérquese a la Iglesia Universal más cerca de su hogar y participe de este propósito de fe que le ayudará a fortalecerse y acercarse más a Dios.