“En conclusión, sed todos de un mismo sentir, compasivos, fraternales, misericordiosos y de espíritu humilde; no devolviendo mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien bendiciendo, porque fuisteis llamados con el propósito de heredar bendición. Pues EL QUE QUIERE AMAR LA VIDA Y VER DÍAS BUENOS, REFRENE SU LENGUA DEL MAL Y SUS LABIOS NO HABLEN ENGAÑO. APÁRTESE DEL MAL Y HAGA EL BIEN; BUSQUE LA PAZ Y SÍGALA. PORQUE LOS OJOS DEL SEÑOR ESTÁN SOBRE LOS JUSTOS, Y SUS OÍDOS ATENTOS A SUS ORACIONES; PERO EL ROSTRO DEL SEÑOR ESTÁ CONTRA LOS QUE HACEN EL MAL”. 1 Pedro 3: 8-12
La persona que quiere ser feliz debe empezar practicando los principios mencionados en el versículo que acabamos de leer, ya que en los días de hoy muchos prefieren pagar mal por mal, prefieren engañar, decir que van a hacer una cosa y hacen otra, venden un mal producto como si fuera algo bueno, apenas para ganar algo de dinero, etc.
La persona que engaña nunca será feliz, pues quien quiere ser feliz debe buscar la paz, porque todo eso es justo y Dios tiene placer en oír sus oraciones, sin embargo, muchos se quejan de no ser oídos por Él, ¿por qué? Porque viven haciendo el mal.
Si usted hace lo bueno es imposible que Dios no le atienda.
“¿Y quién os podrá hacer daño si demostráis tener celo por lo bueno? Pero aun si sufrís por causa de la justicia, dichosos sois. Y no os amedrentéis por temor a ellos ni os turbéis, sino santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros, pero hacedlo con mansedumbre y reverencia; teniendo buena conciencia, para que en aquello en que sois calumniados, sean avergonzados los que difaman vuestra buena conducta en Cristo”. 1 Pedro 3: 13-15
Muchos dicen tener una buena conciencia por conveniencia, viven en adulterio, roban, engañan y dicen que sus conciencia no les acusa, roban y la conciencias no les acusa y no lo hará, porque tienen la conciencia cauterizada, pues la conciencia acusa solamente cuando la persona quiere agradar a Dios y ser justo en la vida y con su semejante.
Aquel que quiere agradar a Dios se aparta del mal y no es vengativo ni engañador. Muchos pensarán que es imposible ser perfecto, sin embargo, el propio Dios aconseja que debemos ser perfectos, esto quiere decir, haciendo todo para agradar a Él.
Una vida feliz no viene a través del correo, viene por la obediencia a la Palabra de Dios y eso amerita sacrificio.
«Pues es mejor padecer por hacer el bien, si así es la voluntad de Dios, que por hacer el mal. Porque también Cristo murió por los pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, muerto en la carne pero vivificado en el espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, quienes en otro tiempo fueron desobedientes cuando la paciencia de Dios esperaba en los días de Noé, durante la construcción del arca, en la cual unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvadas por medio del agua. Y correspondiendo a esto, el bautismo ahora os salva (no quitando la suciedad de la carne, sino como una petición a Dios de una buena conciencia) mediante la resurrección de Jesucristo»
1 Pedro 3:17 – 2
Si el Señor Jesús fue al infierno a predicar la salvación a los muertos ¿por qué no salvaría a aquellos que piensan que por su delitos piensan que no hay salvación?
Jesús no quiere condenarle, quiere salvarle, para eso usted necesita ser sincero y abandonar todo lo errado que ha practicado.
Recuerde, si su subconsciente le acusa, hay esperanza para usted. Mientras tenga vida habrá chance para ser salvo.