Influencias culinarias italianas, asiáticas, españolas y ecuatorianas se degustaron en la segunda feria Yummy Shop que además mostró que lo tradicional, lo nuevo y las más recientes propuestas gastronómicas pueden convivir en un mismo espacio.
Sí, la cocina es un arte y nada mejor que confirmarlo al aire libre en la explanada del teatro Sánchez Aguilar en Samborondón junto a 85 artistas de nuestra gastronomía.
Ravioli de prosciutto con pera, espinaca, de lomo fino con queso de cabra, entre otros, acompañados de salsas de tomate, hongos, cuatro quesos, pesto, pistachos con queso o solo de pistachos son algunas de las creaciones de la emprendedora Francesca Petrilli von Buchwald en su marca DiSimona Pastas. Sus productos, inspirados en Ia comida italiana, los prepara junto a Naida Nazareno.
Petrilli define sus pastas artesanales como más finas y por ello se preparan en solo tres minutos, y los precios varían entre $ 5 y $ 11, presentación que rinde para dos personas. Debbie Nath gustó los de prosciutto con pera, a los que acompañó con un vaso de sangría de Cheers 2 go, otro de los locales donde se ofrecía sangrías de vino tinto, blanco y champagne.
Otra clase de bebida se vendía en Parthenope. El italiano Vicenzo Calvino prepara licores artesanales como limoncello (26 grados de alcohol), mandarinetto (33 grados de alcohol), crema de chocolate, mandarina y de limón que se pueden utilizar para hacer postres o en una ensalada de frutas. Los costos varían entre $ 20 y $ 22.
La pizzería Il Buco tiene apenas dos meses en el mercado. La marca de Juan Fernando Dassum ofrece pizzas precocinadas de jamón. Pronto sacará una de pepperoni. Los costos van de $ 8 a $ 8,50. Foto: Francisco Verni
Calvino recordó algunas de las dificultades al emprender su negocio. “Realmente no conocía el idioma, eso se me hizo complicado al principio, y entender como funciona la burocracia en Ecuador”.
Tampoco fue tan sencillo para Juliana Franco de Yamina Juice. Sus productos son 100% naturales, elaborados con manzana verde, piña, perejil, jengibre, y otras frutas y vegetales. Tiene nombres muy originales: Good morning, Forever green, La niña, Piñata green, entre otros, a $4,50 cada uno. Franco evocó sus principios, cuando le tocaba hacer de todo, luego le ayudó su esposo y su familia. “Preparas las bebidas, las entregas, es difícil, pero es súper gratificante emprender un negocio”.
Paellas, mariscos y carnes preparó La Almadraba durante la segunda Yummy Shop. Foto: Francisco Verni
La familia también fue clave en el emprendimiento de Roxana Hanze. En su restaurante Bambai Mongolian Grill cocina comida asiática que se prepara en bowls en el que se mezclan vegetales, pollo, carne o camarón acompañados generalmente por una salsa a base de soya que puede ser teriyaki o de jengibre. Los precios de sus platos van de $3 a $6,50. Su local fue uno de los preferidos el sábado. A las 19:30 ya no tenía vegetales y tuvo que parar un momento para abastecerse.
La Antorcha, uno de los locales con más de 50 años en el mercado, ha renovado su oferta con hamburguesas de camarón al grill. Foto: Francisco Verni
Katherina Chacha se deleitó con el bowl de camarones. “Es la primera vez que lo pruebo, es riquísimo”.
Con ella coincidió Jaime Ruiz quien dijo que no es la primera vez que asiste a este tipo de eventos en los que se ve una gran diversidad de comida. “Buscan que los productos sean lo más orgánicos posible, sin ningún químico, además cuidan bastante la estética, la presentación”.
Ruiz reconoció que los precios fueron módicos en comparación con todo el proceso que les lleva a los artesanos elaborarlos.
Datos
La mayoría de emprendimientos que se presentaron tienen entre cuatro y cinco años. El más joven tenía apenas dos meses en el mercado.
Marcas
Los organizadores de Yummy Shop calculan que en abril pasado, la primera feria reunió a 65 marcas de productos. En la actual se inscribieron 85. (I)
fuente: http://www.eluniverso.com