Si hay algo desagradable en el ambiente de trabajo es el mal humor. De hecho, todos tienen problemas, nadie vive sonriendo, pero, estar todo el tiempo, con la frente fruncida, no le hace bien ni a la persona ni a los que la rodean. Muchas veces las personas están sobrecargadas con tareas, tiempos, clientes y proyectos, sin contar los problemas personales de cada uno.
La ciencia ya comprobó que el buen humor trae beneficios en todas las áreas de la vida y, especialmente, en las relaciones interpersonales, ya que reduce la ansiedad y el estrés, aumentando la productividad y la integración.