Antes de llegar a la Iglesia Universal era atormentado por espíritus malignos, todas las noches escuchaba voces y sentía que alguien estaba en mi cuarto, veía y sentía cosas extrañas y el temor que me provocaba no me permitía dormir, empecé a sufrir con insomnio, depresión, miedo constante e inseguridad.
La desesperación que me causaba todo lo que estaba pasando me llevó a tener ganas de suicidarme, como no sabía cómo lidiar con esa situación me refugié en los vicios, empecé a consumir cocaina y crack, estando drogado intenté acabar con mi vida.
Me invitaron a participar de las reuniones de liberación, usando mi fe y perseverando en las reuniones fui liberado de todos los males, hoy tengo una vida transformada fui libre de los vicios y de los tormentos que padecía. Tengo una vida feliz y llena de la presencia de Dios.
••• Enrique Barrios