Orad en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velad en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas, y con denuedo hable de él como debo hablar.” Efesios 6:18-20
La oración es una de las herramientas de la fe más necesarias que existe, pues de esta manera la persona habla con Dios, por ejemplo, si usted no se alimenta, es muy probable que se debilite físicamente y que le de anemia, o sea, se volverá frágil y vulnerable a cualquier virus o bacteria, así también es el ser humano, si éste no tiene el hábito de hablar con Dios a través de la oración, al respecto de lo que le sucede, las situaciones que enfrenta, etc., se debilitará espiritualmente y se convertirá en una blanco perfecto para los ataques del mal.
Es imposible que una persona sobreviva en la fe sin orar. No importa lo poco o lo mucho que conozca la Palabra, por la falta de oración no conseguirá resistir los problemas, porque siempre se sentirá débil.
Sin embargo, ser constante en la oración no es una tarea tan fácil, pues normalmente, las personas son vencidas por el cansancio y la pereza.
Aunque sepan que la oración es un arma de efectos poderosos, tanto para mantener la comunión con Dios, como para combatir el mal, muchos simplemente no tienen esta práctica, la de hablar con Dios.
Es por medio de la oración que la persona se vuelve intrépida a la hora de actuar o reaccionar en la lucha por alcanzar sus objetivos.
Antiguamente, en un determinado momento en su convivencia con el Señor Jesús, los discípulos, descubrieron que no sabían orar como se debía, por eso, no veían resultados. Sin embargo, cuando vieron al Mesías orar, le pidieron para que Él les enseñara. Y el Señor Jesús, maravilloso como es, les enseñó. (Mateo 6:5-8)
La oración es, para nuestra alma, lo que el oxígeno es para nuestro cuerpo, o sea, ¡fundamental! Ella es parte de nuestra relación con Dios, el medio por el cual nos comunicamos con Él. Por lo tanto, cuando oramos nos mantenemos vivos espiritualmente.
Amigo lector, practique la oración, eso le ayudará a entablar una amistad con Dios, pasando no sólo a sentirse escuchado, sino también ayudado por Él en cada momento.