Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén. E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido. Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos. Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen. Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes?” Lucas 24:13-17
Todas las personas a lo largo de sus vidas; transitan por diversos caminos, las puertas que tocan, los intentos por alcanzar sus objetivos, el esfuerzo por progresar, de ser feliz, resolver los problemas, pero al notar que los días pasan y nada sucede, comienzan a sentirse tristes.
“Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días? Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; y cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron. Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido” vers. 18-21
Observe que ellos habían visto los milagros, sin embargo, el Señor Jesús para estos hombres, FUE un varón profeta que ellos “creyeron” que redimiría a Israel, o sea, ellos no habían entendido que el Hijo de Dios no apenas fue, sino que también es y será.
“Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron al sepulcro; y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive.” vers. 22-23
Así como estos hombres existen muchas personas en los días de hoy, escuchan y ven la grandeza de Dios operando milagros, pero cuando se enfrentan a los problemas no saben qué hacer y terminan tristes, como ignorando todo aquello que saben de Dios. Aquellos hombre del pasaje bíblico habían escuchado al Señor Jesús decir que al tercer día resucitaría, como mínimo deberían haber permanecido en aquella promesa, andando felices por el camino, creyendo que todas las promesas del Hijo de Dios se cumplirían.
Amigo lector, no permita que el tiempo le haga perder la fe, sino encuentra la respuesta de sus problemas en el Señor Jesús, pues sólo Él está por encima de todo y de todos.