Cuando la envidia es también patológica, psicopática y sistemática como la ira constituye otra enfermedad mental y psicológica severa.
Gran parte de la envidia humana, es acción voluntaria sistemática, ya sea por el desequilibrio emocional que afecta al individuo directamente, o, en la acción que constituye agrado o satisfacción mental y psicológica.
La envidia, también derivada y asociada a la ira, es un cuadro gravísimo o potencialmente de alto peligro para la integridad social, como cualquier acto delictivo por lo que puede llegar a constituir en hechos de violencia humana. El envidioso se enferma, le es imposible dormir, comer, amar o simplemente disfrutar de las cosas buenas de la vida.
Pasamos mucho tiempo evaluando hasta qué punto el envidioso es capaz de causarle daños al envidiado. Pero no nos damos cuenta de los daños que esa plaga le causa al propio envidioso que, con seguridad, es el mayor perjudicado en todo eso. Es que es imposible que alguien no coseche lo que sembró. El envidioso es propenso, inclusive, a contraer varias enfermedades, ya que los malos ojos y el corazón sucio quitan la inmunidad del cuerpo, hecho ya comprobado por la medicina.
“El corazón apacible es vida de la carne; mas la envidia es carcoma de los huesos”. Proverbios 14:30
Tenemos a Lucifer como el mayor ejemplo de eso. Y el mayor problema del envidioso es ese: él absorbe el espíritu de Lucifer y alcanza el mismo resultado final.
Imagino qué imagen de nuestro Dios les habrá vendido a los ángeles para lograr arrastrar a la tercera parte de ellos.
Vean que esta es la gran habilidad del envidioso (conspirador). Pues, a despecho de su debilidad, ¿qué es lo que él hace? Primero ataca e intenta, en algunos casos con éxito, vender su imagen (de orgulloso, apasionado por el poder, celoso, materialista y exclusivista) a otros.
¿No hizo eso con Job?
No pudiendo destruirlo, por no encontrar en él, el error, ¡intentó convencer a Dios de que Job solo Le era fiel porque Él lo honraba en todo! Una vez más el diablo intentó vender su perfil.
Queremos aprovechar este texto para ayudar a alguien que, durante mucho tiempo nos pasó desapercibido: el envidioso.
¿Y cómo haremos eso? ¡Muy simple!
RESULTADO FINAL: DIOS (envidiado), Dueño de Paz y de Gozo Eternos, continua con Poder y Gloria y es imposible que Lo alcance ningún mal. DIABLO (envidioso) ¡alcanzó lo que quería! Hoy él es el primero en un reino de tormento, inquietud y gemidos de dolor eterno.