La depresión afecta a más de 300 millones de personas en el mundo y las mujeres son quienes más la padecen.
La mala alimentación, rica en harinas refinadas, azúcares y el estrés de los días son los responsables por la falta de la molécula que garantiza el equilibrio en el ánimo. Compulsión, obesidad, depresión y ansiedad son algunas de las consecuencias de dicho déficit.
Aunque los científicos aún no han podido explicar del todo el proceso químico que genera el estado de ánimo, un estudio realizado por la Universidad de Medicina de Viena descubrió que en la sangre existe un mecanismo que puede relacionarse con su desarrollo en el cerebro.
De acuerdo a los científicos, la proteína SERT —presente en la membrana de las células cerebrales— facilita el transporte de la serotonina, también conocida como la “hormona de la felicidad”, cuyos bajos niveles están relacionados con la depresión.
Para Enrique Camarena, Presidente de la Asociación Ibero-Latinoamericana de Neurociencias y Psiquiatría (AILANCYP), “la depresión es una enfermedad donde se presenta una alteración neurobioquímica en el cerebro, principalmente de tres neurotransmisores básicos, que son: norepinefrina, serotonina y dopamina. Este mal funcionamiento condiciona un cuadro clínico que se parece a la tristeza, pero se diferencia por su intensidad, por su gravedad y afectación de la calidad de vida”.
Si eres o conoces a una persona que sufre con esta enfermedad, en la Iglesia Universal hay una reunión que podría ayudarle a vencer ese cuadro. La cita son los viernes a las 7H, 10H, 15H y especialmente 19H.