Las personas suelen relacionar el tamaño de las conquistas con el tamaño de la fe. Es decir, que los problemas aparentemente grandes necesitan de una fe del mismo tamaño para que sean resueltos.
Pero el Señor Jesús desmitifica completamente esa idea. Pues Él afirmó que, aunque la fe sea tan pequeña como un grano mostaza, sería suficiente (lee Mateo 17:20).
Muchos no entienden que el secreto y la grandeza de la fe es creer. Así, lo merezcan o no, reciben el cumplimiento de lo que se les ha prometido. La fe no es algo delicado, sino algo bruto. A veces, la persona piensa que, por ser religiosa y frecuentar una iglesia, ya cumple con sus obligaciones y tiene derechos ante Dios. Sin embargo, ella solo tiene derechos en su vida cuando cree en lo que el Señor Jesús hizo. Y eso es algo muy personal e íntimo. Muchas personas, por ejemplo, tienen el Espíritu Santo y enfrentan problemas o enfermedades, pero, con relación a eso, surge la pregunta: ¿cómo podemos compatibilizar la Presencia de Dios y la aparición de una enfermedad al mismo tiempo? Esto es para recordarnos lo frágiles que somos. No obstante, con la fe verdadera, independientemente de la situación, recordamos ciertos derechos que tenemos, como la salud física, por ejemplo.
Todavía en los días de Juan el Bautista, el Señor Jesús señaló que el Reino de Dios es tomado por esfuerzo y violencia (Mateo 11:12-13). Es decir, es necesario que nos violentemos a nosotros mismos para tomar posesión de lo que es nuestro, como un derecho. Aquellos que creen y aplican esto en sus vidas, y están convencidos de esta realidad, toman posesión de lo que se les ha prometido. Y esa herencia no está asentada en los registros civiles, sino en el Libro de los Cielos, porque Jesús tomó sobre sí nuestros dolores, enfermedades, maldiciones y pecados.
Dios sigue siendo el mismo y todos aquellos que crean y sean violentos (espiritualmente hablando) recibirán el cumplimiento de lo que el Señor Jesús prometió. Él dejó para nosotros el recibimiento de esa promesa cuando usamos la fe agresiva, que va contra nosotros mismos, contra el conocimiento humano y contra las circunstancias.
Estudio bíblico
No obstante, para que esta fe sea capaz de generar una vida transformada, necesita basarse en la Palabra de Dios.
Conoce más sobre esta fe que mueve montañas en el estudio bíblico que tendremos este miércoles 26 de junio, especialmente a las 7 p. m., en el Templo de los Milagros. O bien, te esperamos en una Iglesia Universal, para localizar la más cercana su ubicación, haz clic aquí.