Cuando leemos atentamente el libro de Nehemías, notamos que tanto él, que era un siervo-líder, como Artajerjes, que era el líder absoluto de la época, nos dan excelentes ejemplos sobre el liderazgo.
“… yo no había estado antes triste en su presencia, me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro? pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera. Y dije al rey: Para siempre viva el rey. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego? Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides?…” Nehemías 2:1-4