Queriendo ser un apoyo para las miles de personas en el país que padecen depresión, una enfermedad silenciosa que puede ir consumiendo el alma de quien la padece e ir matándola poco a poco, la Iglesia Universal ha emprendido una campaña para luchar en contra de ella, “el mayor Tratamiento para la cura de la depresión – en tan sólo 3 minutos”, realizada todos los viernes al 10 mañana en el Templo de la Fe, Av. de Las Américas 305 y en todas las Iglesias Universal del país.
Una reunión exclusiva para aquellos que están deprimidos y han perdido la esperanza de salir del abismo en el que sienten y se encuentran, aquellos que han intentado de todo incluso ir a clínicas y tomar antidepresivos, “la cura no ha llegado a usted porque la depresión es un grito de su alma que no puede ser llenado con medicamentos”, explica el pastor.
El propósito del tratamiento es dar al depresivo una nueva vida. En el lenguaje actual, en el libro de Mateo 11:28, el Señor Jesús habría dicho: «Venid a mí los depresivos, y yo os aliviaré». No desaproveche esta oportunidad amigo lector.
Si usted o alguien cercano a usted está deprimido, participe de este Tratamiento y reciba la cura en 3 minutos, a través de la fe.
Participe también a las 7H, 10H, 15H y especialmente 10H, incluso usted puede llamar o escríbir al 0995 908 253.
Intenté acabar con mi VIDA EN DOS OCASIONES
La depresión es un fenómeno social que ha marcado la vida de millones de personas en el mundo, nublando sus sueños y menguando las ganas de seguir viviendo, ¿cómo ser libre de ella? Pues la señora Mirian descubrió, que a través de la fe se puede vencer la depresión.
“Espiritualmente me sentía mal, no podía conciliar el sueño, por las noches sólo pasaba llorando; creía que mi vida estaba destruida y sin solución, a causa de eso intenté acabar con ella en dos ocasiones”.
Angustiada y desesperanzada por todo, aceptó la invitación para participar en las reuniones de la Iglesia.
“Empecé a poner en práctica, lo que los pastores enseñaban en las prédicas los días Miércoles, Viernes y Domingo, mi vida poco a poco se fue transformando, ya podía dormir y cuando menos lo esperé estaba curada de la depresión. Todos los males que atormentaban mi vida también desaparecieron y por n, ahora, puedo decir que soy una mujer feliz, llena de paz y con ganas de vivir”.