Mi salud se encontraba deteriorada por los miomas y quistes en el ovario. Recuerdo que en una consulta médica el doctor me indicó, que tenía que removerme ambos órganos porque estaban dañados, llegué al punto en el cual comencé a tener hemorragias constantes y no paraban.
Conocí el trabajo de la Iglesia Universal por una invitación que recibí y aprendí a usar mi fe, en Dios encontré la salida para todos mis problemas. Empecé a realizar la cadena de los Casos Imposibles, porque sólo un milagro de Dios podía sacarme de la situación caótica en la que estaba.
Poco tiempo después mi salud fue restaurada, las hemorragias fueron cesando y cuando volví a realizarme los exámenes, el médico quedó admirado al ver que los órganos estaban restaurados. Gracias a Dios hoy no tengo ninguna enfermedad y disfruto de una salud plena”.
•• Sra. Regina A.