Cuando nació nuestro hijo estábamos muy contentos y como es normal se le realizó el examen del talón, el cual permite identificar algunas enfermedades graves y tratarlas de forma precoz.
Esperamos unos 20 días para conocer el resultado, tranquilos, pero los médicos sospechaban de una enfermedad rara llamada fibrosis quística. Según la medicina, es una enfermedad que no tiene cura y pone en peligro la vida porque daña los pulmones y el sistema digestivo.
Con la sospecha de la enfermedad, se programó la repetición del examen; sería aproximadamente un mes más de preocupación e incertidumbre, pero nosotros ya asistíamos a la Iglesia Universal, y usamos nuestra Fe.
No nos sentimos tristes ni desesperados, porque sabíamos que si la medicina no lo resolvía, Dios lo haría. Le dije a mi esposa: ‘vamos a repetir la prueba, porque nuestro hijo no tiene nada’. Por nuestra fe Dios hizo que lo imposible se vuelva posible, la nueva prueba se realizó en la fecha prevista y el resultado llegó días después, confirmando lo que se había determinado en el Altar: la salud de Noah era perfecta.
••Thamyris y Washington juntos a su hijo