Ser madre es una de las responsabilidades más grande que puede tener una persona y mucho más cuando su hogar es monoparental (familia que está compuesta por un solo progenitor) y esa madre debe asumir todas las necesidades de su hogar.
Por eso, para ayudarlas y brindarles las herramientas necesarias en su lucha del día a día, las organizadoras del proyecto T-amar realizan charlas mensuales y actividades para que puedan desarrollar sus habilidades y cualidades no sólo como madres sino también como mujeres exitosas.
El tema a tratar, en esta ocasión, fue sobre el hecho de que las madres no deben educar a sus hijos con miedos o culpa, sino con disciplina. Claro que la disciplina nunca debe ser usada para causar daños o dolores permanentes.
También, se aprovechó la oportunidad para invitarlas a luchar por su vida espiritual y confiar en las manos de Dios cada uno de sus problemas o dudas en la crianza de sus hijos.