Las maldiciones hereditarias son males espirituales que pasa de generación en generación, quiere decir, se transfieren de padres a hijos, así consecutivamente. Muchas veces oímos relatos como estos: “Mi abuela sufría del mismo problema, que pasó para mí y luego a mi hija…”, este fenómeno las personas lo consideran algo normal, al punto que ni cuenta se dan que son víctimas de este problema.
La diabetes, hipertensión, obesidad, alergias, etc., son enfermedades muy conocidas que se transmiten de generación en generación (maldiciones hereditarias), sin embargo, no son apenas las enfermedades genéticas los únicos problemas hereditarios, también vemos suceder esto con el alcohol, las drogas y hasta en la vida familiar y sentimental.
Cuantas veces usted ya ha visto en una familia, al hombre o la mujer siendo alcohólicos o gustando mucho de tomar y años después lo mismo sucede con los hijos, es de esta manera que el mal se apodera de la vida de las personas con el único fin, destruirla por completo.
Tal vez usted está leyendo esto y no cree, sólo le pedimos que analice cada punto y se dará cuenta que las maldiciones hereditarias existen y tal vez está en medio de su familia.
Si usted ha sido víctima de una maldición hereditaria, le invitamos este VIERNES a una reunión especial, donde por la fe usted será libre de todos los males.
ME SENTÍA SOLA
Desde los 12 años empecé a sufrir con muchos problemas espirituales y con complejos, ya que me sentía un patito feo.
Era egoísta, envidiosa, celosa, rebelde y sufría con depresión, me sentía sola y era insegura. Quería ser feliz de verdad, por eso empecé a buscar esa felicidad en fiestas, amistades, novios, compras compulsivas y bebidas alcohólica, pero nada de eso me llenaba.
En un momento de mi vida empecé a creer que era normal vivir así ya que veía que todas las mujeres de mi familia sufrían del mismo problema, no eran felices en el amor y su vida sentimental estaba destruida.
Cuando conocí la Iglesia Universal, empecé a participar de las reuniones de liberación, fue allí donde supe acerca de las maldiciones hereditarias y me di cuenta que yo estaba pasando por eso, yo no quería seguir sufriendo con ese mal por eso perseveré en las reuniones y por mi fe fui liberada.
Hoy tengo una vida feliz y llena de la presencia de Dios
HORARIOS:
7H, 10H, 12H, 15H Y 19H
AV. LAS AMÉRICAS 305
NORTE DE GUAYAQUIL
O EN LA IGLESIA UNIVERSAL MÁS CERCANA
A SU HOGAR