“Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo.” 2 Corintios 11: 3
El diablo continúa engañando a las mujeres, volviéndolas vanidosas y mandonas, siguiendo las opiniones de mentes vacías y mundanas. Pero las que sirven a Dios, procuran ser discretas y sumisas a Sus Palabras.