“…busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas…” (Mt. 6:33), con este versículo dio inicio el Obispo José Luiz a la Vigilia de la Lucha con Dios el sábado 18 de junio a las 3 de la tarde, en la Sede Nacional de la Universal, ubicada en la Av. de Las Américas 305 – Guayaquil, con la asistensia de miles de personas.
“‘Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna.’ (Jn 3:16)
«Con estas palabras queda claro que Dios amó y sigue amando al mundo, a tal punto que dejó que el Señor Jesús muriera por nosotros y así de esa forma nadie se perdiese.», añadió.
La Vigilia de la Lucha con Dios tenía la finalidad de que todos los presentes tuvieran la oportunidad de ver el amor de Dios y aprovecharan el momento para querer conocerlo, ya que Él siempre está con los brazos abiertos para recibirlos.
«La vida eterna no tiene nada que ver con la frecuencia con que usted viene a la Iglesia, y sí con la intimidad que mantiene con Dios; hay personas que se justifican diciendo: ‘hoy yo fui a la Iglesia, por eso mañana no voy’, o ‘yo soy salva porque voy todos los días’, y ese pensar no es el correcto, ya que la vida eterna está basada en oportunidades; y esas provienen de Dios.», señaló el obispo, mientras daba otros ejemplos sobre las oportunidades que Dios da a todo el mundo en su día a día.
A continuación, la FJU (Fuerza Joven Universal) sorprendió a los miles de asistentes presentando de manera muy detallada una obra de teatro que consistía en la Salvación y las trabas que puede haber para quien, que después de obtenerla, quiera mantenerla.
El precio del Pecado, es como se llamaba la obra que presentaron, y esta basada en una persona como cualquier otra que participa de la reuniones recurrentemente en la iglesia pero no aprovecha las oportunidades que Dios le da y con el transcurso del tiempo comienza a enfriarse y alejarse de Dios, llegando al punto de flaqueza, desámino y desaliento, preguntándose inclusive por qué vive. Pero que luego de volver a los brazos de Dios comienza a ver que nunca estuvo solo y que Dios jamás lo dejó.
A través, de está dramatización muchas personas entendieron que el simple hecho de estar vivos representaba una oportunidad del mismo Dios.
Al finalizar la vigilia el obispo realizó una oración especial, por las personas en donde pidió a Dios que llene a todo aquel que se encontraba vacío y fortalezca a quien estaba debilitado.