Con el desarrollo de las Tecnologías de Información y Comunicación, el concepto de la vida cotidiana, de espacio y de comunidad ha cambiado, dando lugar a un mundo virtual cada vez más real.
De hecho, con la llegada y el desarrollo de la Internet, las formas de comunicación e interacción entre individuos sufrieron una revolución. Las cartas de papel y las llamadas telefónicas perdieron espacio en el mundo de las salas de chat, por los mensajes de texto instantáneos, correos electrónicos y las distintas redes sociales como Facebook, Twitter, etc.
Paralelamente del espacio físico y del mundo real, surge el ciberespacio o mundo virtual surge, en el cual se establecen relaciones interpersonales en una comunidad virtual. Con el Internet, cada vez dejamos de estar presente en un lugar, en una comunidad, y surgen cambios a nivel estructural en un grupo de individuos.
Nacen nuevos tipos de relaciones mediadas por el computador, el Internet y la tecnología. Cada día crece el número de personas conectadas en red, las que dedican buena parte de su tiempo a la interacción virtual, en busca de trabajo, amistades o relaciones amorosas.
Aislamiento social
El aislamiento social es una realidad cada vez más distante gracias a este desarrollo de los medios de comunicación e información que promuevan y permitan un mayor contacto entre las personas, aunque en diferentes partes del mundo.
Por otro lado, el aislamiento es un peligro, en el sentido de ser cada vez más difícil, alejándonos de los acontecimientos que nos rodean, sobre todo por la rapidez y facilidad con que la información se difunde, desde el punto de vista de las relaciones sociales, este aislamiento está muy presente. El sentido de las compañías virtuales es sólo eso, y podemos sufrir de soledad a pesar de estar llenos de amigos en las redes sociales.
Las relaciones virtuales resultan de la adaptación de situaciones sociales de nuevas tecnologías y las nuevas formas de comunicación. Sin embargo, nunca deben sustituir a las relaciones reales.
¿Amor virtual?
Johana Gomes mantuvo una relación puramente virtual alrededor de dos años. «Yo buscaba una relación virtual porque tenía una gran falta de afecto. Tenía un novio real que no me tratan bien, pasábamos todo el tiempo discutiendo y las agresiones eran a diario. Fue una etapa de mi vida en la que no tenía amigos, estaba aislada», dice.
Ellos nunca estuvieron juntos físicamente, en gran parte debido a la distancia, ya que su novio virtual vivía en la India. Pero el cariño y la atención dadas por él, eran más frecuentes que los dados por su novio real.
«El hecho de que estamos detrás de un computador hace que sea fácil mostrar nuestro verdadero yo.»
Cuáles son las consecuencias para la vida humana? ¿Son relaciones que pueden ser verdaderas, afectivas y confiables?
La virtualización de las relaciones pueden hacer que los individuos estén perdiendo la capacidad de lidiar con las complejidades de las relaciones humanas.
En una interacción virtual podemos tener una sensación de compañía, pero la realidad, es que estamos solos.
Estas relaciones virtuales tienen, de hecho, debilidades desde el punto de vista de la vida y el sentido de las relaciones humanas. Este tipo de interacción no debe sustituir a una conversación directa, cara a cara, corriendo el riesgo de construir relaciones frágiles por la falta de presencia humana.
Las relaciones humanas requieren un tipo de atención que sólo está presente en la interacción humana o presencia real y física.