“Y desde el lugar alto que estaba en Gabaón, delante del tabernáculo de reunión, volvió Salomón a Jerusalén, y reinó sobre Israel”. (2 Crónicas 1:13)
Después del sacrificio, Salomón descendió para reinar.
Cuando el sacrificio es verdadero Dios nos transforma. “Así excedía el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría. Toda la tierra procuraba ver la cara de Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón”. (1 Reyes 10:23-24) S
alomón se hizo grande porque excedía en todo lo que él hacía, él siempre hizo más que todos, por esa razón en todo fue exitoso.
Altar de Bronce Cuadrado. Simboliza su poder ilimitado. Cuando Dios recibió de Salomón su sacrificio en el altar de bronce, él recibió de Dios un poder ilimitado, que hasta hoy ese poder se muestra en el Templo de Salomón que está en São Paulo – Brasil.
No hay límites para aquellos que se exceden en su sacrificio.
Todos querían ver el rostro de Salomón. Su fama fue tan grande que todos deseaban ver su cara. Lo que Dios quiere hacer en su vida es tan grande que el mundo va a querer saber quién es usted.
¿Cuál fue el error de Salomón? “Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casa, planté para mis viñas; me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto.” (Eclesiastés 2:4-5)
Él dice: “hice para mí” y dejó de hacer para Dios y él reconoce que todo es vanidad. Dio los 1.000 holocaustos para Dios y después 20 mil holocaustos, y después paró y Dios también paró. Nunca podemos parar de sacrificar tenemos que siempre ser ilimitados con Dios.
Sabiendo que cuanto más voy para el altar de bronce y coloco lo mejor que Dios pide, entonces Él se aparece y te hace ilimitado.