No se deje vencer por el tiempo, pues el diablo trabaja con la ansiedad, él busca hacer que las personas se opriman con preocupaciones y angustias, y así volverlas débiles ante su presión, haciéndoles pensar que la respuesta a sus oraciones y su creencia en las promesas de Dios están demorando demasiado y que si no llegaron hasta ahora ya no se cumplirán.
Pero una entrega sincera y completa a Dios torna a la persona un ser seguro, que tiene paz porque cree que en el momento correcto la respuesta de Él vendrá, esta creencia es inamovible e independiente de las circunstancias.
Quien en esta espera fuera vencido por la ansiedad corre el riesgo de no sólo perder la bendición sino también su fuerza espiritual volviendo a ser una persona débil en su interior.
Muchos al ser perseguidos por situación adversas, por la familia, conocidos o amigos, terminan abandonando la fe, pues ante la pregunta de cuándo es que su vida cambiará, esta trae dudas al respecto de la fe que un día manifestaron en relación a lo que Dios prometió.
Durante casi dos meses usted ha leído en este espacio la diferencia entre ser débil o ser fuerte, usted sabe que es una decisión personal, quien cree va hasta el fin, porque no duda de que el milagro va a suceder.
A medida que pasa el tiempo, usted, como cualquier ser humano, va a tener conflictos internos, es normal, pero esto no será motivo suficiente para dejar de creer, al contrario, debe ser un motivo para vivir más animado para luchar por sus objetivos, o sea, usted deberá luchar contra sus sentimientos y emociones, para no hundirse en la desesperación causada por la ansiedad, pues quien llega a este punto, definitivamente ya perdió el objetivo.
Dios es fiel, si Él prometió, Él cumplirá. Cuando creemos en la Palabra de Dios de hecho y de verdad, todo mal es derrotado, este es el motivo por el cual él (diablo) intenta volvernos personas débiles y ansiosas.
Amigo lector no ceda ante los ataques del mal, que tienen como objetivo hacerle caer en un estado de ansiedad que mata cualquier sueño.
Recuerde, si su vida es fuerte en el Altar de Dios, usted será fuerte en cualquier lugar, y no habrá ningún mal o infierno que tenga dominio sobre su vida, porque en el Altar lo vencemos todo.
No desvíe su mirada del objetivo, no pierda el foco y no dependa de nada ni de nadie que no sea el propio Dios, pues Él aseguró: “Yo estoy contigo”.