El nuevo nacimiento es el primer paso en la vida cristiana. Si la persona no nace de nuevo, el Espíritu Santo no encuentra espacio para actuar en su vida.
Esta fue una advertencia dejada por el Señor Jesús, cuando estuvo en forma de hombre en la Tierra.
Como la Biblia lo relata: “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).
¿Cómo nacer de nuevo?
La palabra clave para el nuevo nacimiento es arrepentimiento.
En la Biblia, el apóstol Pedro, lleno del Espíritu Santo, enseñó: “… Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38).
Al respecto de este fragmento, el obispo Edir Macedo explica: “Arrepentimiento significa cambio de pensamiento y actitud con respecto al pecado, al mundo, a Dios, a las personas y a sí mismo. El arrepentimiento nace en el fondo del alma y se expresa por medio de una transformación total en el comportamiento, en la dirección, en las palabras y las acciones”.
Al respecto de este fragmento, el obispo Edir Macedo explica: “Arrepentimiento significa cambio de pensamiento y actitud con respecto al pecado, al mundo, a Dios, a las personas y a sí mismo. El arrepentimiento nace en el fondo del alma y se expresa por medio de una transformación total en el comportamiento, en la dirección, en las palabras y las acciones”.
No obstante, el arrepentimiento solo ocurre cuando la persona tiene conciencia de su propia condición. A causa de nuestro pecado, somos culpables delante de Dios (Juan 1:29). Con el nuevo nacimiento, empezamos a ver nuestro mal comportamiento con los ojos del Altísimo. Es como si Él nos mostrara un espejo, que revela quiénes somos realmente por dentro. Enseguida, comprendemos que necesitamos de Su misericordia y empezamos a valorar el sacrificio del Señor Jesús en la cruz, en rescate por nuestra vida (Romanos 5:8-9).
Cambio de camino
Entonces, con el arrepentimiento, la persona cambia sus objetivos. Empieza a desear vivir tal como el Señor Jesús vivió aquí en la Tierra. La persona abandona su propia voluntad para vivir según la voluntad de Dios. Hay un verdadero deseo de apartarse del pecado.
Respecto al tema, el obispo Edir Macedo escribió en el libro Nuevo Nacimiento:
“Arrepentimiento significa abortar el pecado y, enseguida, sentir profunda tristeza por haberlo cometido. Actuando así, la persona está probando para sí misma, para las demás personas y, sobretodo, para el diablo, que su fe cristiana no es teórica como la de los fariseos hipócritas. Y es justamente ese tipo de fe que le agrada a Dios y produce beneficios inmediatos y eternos”.
Tal vez, usted incluso haya dejado parte de sus errores, pero aún falta algo que necesita reparar. Si ese es su caso, arréglese con Dios y decida actuar diferente de aquí en adelante.
Ayuno de Daniel
A partir del 19 de mayo hasta el 9 junio se está llevando a cabo el propósito del Ayuno de Daniel, para el avivamiento del Espíritu Santo. El cierre será en el día de Pentecostés, con el derramamiento del Espíritu Santo, directo del Cenáculo de Jerusalén. Si usted desea este avivamiento espiritual, participe en las reuniones que se llevan a cabo en el Templo de la Fe o en la Iglesia Universal más cercano a su domicilio.
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