El domingo por la mañana en la Concentración de fe y milagros fue enseñado a las personas la importancia de tener en consideración las palabras del Señor Jesús cuando dijo: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. (Mateo 6:10)
Por este motivo, quien desee mantenerse en el Altar del sacrificio debe anhelar por encima de todo, que el sueño de Dios se realice en su vida.
Dios tiene placer de recibir su vida en Sus manos, pero es necesario que usted tenga placer de hacer la voluntad de Él, sin sentirse obligado, y sí, haciendo uso de su libre derecho de decisión.
La desventaja de las personas que no tienen el Espíritu Santo, es que ellas se apoyan en lo que poseen, pensando en garantizar su futuro aquí en este mundo, pero, ignoran que todo a su alrededor un día terminará… “Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. (1 Juan 2:17). Dios quiere darle un nuevo nombre, un nuevo semblante, una nueva identidad; y que su nombre sea escrito en el libro de la vida, Él quiere habitar en su vida, quiere que usted reciba la mente de Dios y se convierta en el perfume de Jesús en este mundo; así su vida tendrá un antes y un después, y todos podrán ver esa diferencia.
En el camino de su vida, los desiertos y luchas serán inevitables, pero cada día, usted irá venciendo y afirmando su fe, hasta que ésta se torne invencible. Dios usará las luchas para su bien, para su fortalecimiento y crecimiento de su fe.
La fe inteligente lo conduce a colocar toda su vida sobre el Altar de Dios; de esta manera el Espíritu Santo descenderá sobre su vida, para guiarle y llevarle a Canaán, la tierra que Dios prometió para Abraham y para su descendencia por la fe.