Dios no quiere que usted esté solo. La vida no nos libra de los problemas, pues diariamente el ser humano está rodeado de situaciones, directas o indirectas, que ponen a prueba sus capacidades. Pero, con Él se recibe la fuerza, la paz, el equilibrio, la motivación y todo lo que se necesita para vencer.
Los errores, las decepciones y los deslices son inevitables. Sin embargo, usted tiene la posibilidad de elegir en hacer lo que es correcto y consecuentemente obtener la paz.
Antes de abordar este tema, vamos a aclarar la definición de la PAZ: la palabra paz deriva del latín “pax” y es generalmente definida, en sentido positivo, como un estado a nivel social o personal, en el cual se encuentran en equilibrio y estabilidad las partes de una unidad, y en sentido negativo, como ausencia de inquietud, violencia o guerra. Se trata de llegar a un equilibrio en todos los sentidos; por ejemplo, si nos movemos todo el tiempo moriríamos y si no nos moviéramos también. Se trata de encontrar un punto medio.
La familia, el amor, el trabajo, la salud… cuando hay problemas, cada área de la vida parece levantarse como un gigante que amenaza con aplastar a todo aquel que se cruce en su camino. Para colmo, un problema llama a otro y parece que no hay forma de solucionarlos a todos. En esos momentos de caos, lo que menos deseamos perder es la paz interior pero, a decir verdad, es casi imposible mantenerse centrado y con la mente despejada cuando los problemas nos golpean con la fuerza de un huracán.
La búsqueda de la paz es algo común de todos los seres humanos. Se trata de algo que todos anhelamos sentir, pero que en un mundo tan acelerado como en el que vivimos, puede resultar bastante difícil.
Los problemas financieros, el miedo al fracaso, la infidelidad, los problemas familiares y demás conflictos que a diario enfrentamos son los causantes de que nuestro ente viva inmerso en la intranquilidad y la desesperación.
Lo difícil y complicado del tema es que la paz no se da instantáneamente ni por mandato, no se obtiene sin esfuerzo, ni se compra o pide prestada: la paz tiene que nacer del corazón de cada hombre. Y si no hay paz en el corazón, ¿cómo puede haber paz en un pueblo, en una nación o en el mundo?
Paso para no perder la PAZ INTERIOR
Sé generoso. Ofrécete de voluntario para trabajo social, practica actos de bondad y generosidad al azar.
La paz y el egoísmo no coexisten muy bien. Sé amigable.
Sé amigable y ayuda a todas las personas que conoces. Siempre puedes ser amable y con una conducta buena hacia todos.
Sé tú mismo. Nunca te compares a ti mismo con otros. Todos somos únicos en el mundo. Aprecia el hecho y siéntete bien tú mismo.
Mantente tranquilo. Ser tranquilo hace que podamos tomar buenas decisiones.