Tenía odio en contra de mi padre porque él no tenía interés de convivir con nosotros, por eso se divorció de mi madre. Todo eso me llevó desde muy pequeña a caer en depresión; me sentía rechazada, que no me querían y sentía un vacío en mí. Aunque mi madre se volvió a casar y crecí viendo a mi padrastro como si fuera mi verdadero padre, igualmente me sentía despreciada, a pesar de tener su cariño, eso no era suficiente para mí. Empecé a odiarme por todo lo que sentía y creí que el suicidio era la mejor solución para todos mis problemas.
Empecé a odiarme por todo lo que sentía y creí que el suicidio era la mejor solución para todos mis problemas, hasta que descubrí cómo tener una vida plena.
Tiempo después mis hermanos y yo fuimos separados de mi madre y de mi padrastro porque ellos fueron presos por causa de algo ilegal que estaban haciendo. Mi sufrimiento terminó cuando mi tía me empezó a llevar a participar de las reuniones de liberación que se hacen en la Iglesia Universal. Perseverando en la fe logré vencer mis traumas, fui libre de la depresión. Hoy tengo paz, vivo en armonía con mi familia y estamos saliendo adelante.
•• Yamilex Gaona