La parafina toma forma en las manos de la ecuatoriana María Isabel Aguirre, trabajo manual al que se dedicó desde hace tres años, al inicio con una socia, y que desde el 2016 lo hace de manera independiente.
El Danzante de Pujilí, la Mama Negra, los tsáchilas, la Virgen del Cajas, y mujeres con atuendos de las etnias cañari, shuar o la chola cuencana se moldean y pintan a mano antes de convertirse en creativas velas decorativas.
Bajo el nombre de Ninachik, palabra quechua que significa luz de fuego (nina/fuego y achik/luz), Aguirre indica que la marca se diferencia porque no emplea moldes para hacer cada vela, sino que su trabajo es completamente a mano.
Según Aguirre, para que la vela tome la forma de uno de los personajes, se deposita la parafina en un recipiente y a través de cortes se va moldeando cada parte del cuerpo.
“Desde que era pequeña siempre me gustó el trabajo artesanal, es innato en mí. Cuando comencé mi socia hacia también las figuras, ahora que estoy sola yo hago todas las formas y diseños”, explica Aguirre.
Sus diseños, agrega, no solo son decorativos. Tienen la finalidad, afirma, de fomentar la cultura ecuatoriana, a través de estos personajes a nivel local e internacional.
“La mayoría de personas que viajan al exterior o que son residentes en otros países llevan mis velas para obsequiar o para tener en su casa”, sostiene.
Entre los destinos hacia los que han llevado sus diseños menciona Bélgica, Arabia, Japón, España, Estados Unidos, México, República Dominicana, Chile y Bolivia.
Aguirre ha creado alrededor de 33 personajes, que cada seis meses varían su forma o vestimenta para renovar la imagen de la marca. También tiene una línea de personajes religiosos como el padre Almeida, los cucuruchos, la Virgen de Fátima, la virgen de Guadalupe, el Capariche, entre otros.
Según el tamaño su costo varía de $ 10 a $ 18 y hace envíos a nivel nacional. Se venden en Galería Ecuador, en Quito, y Galería Mashca y Raíces, en Cuenca. (I)
fuente: http://www.eluniverso.com