“¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no son dioses? Sin embargo, mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha. Espantaos, cielos, sobre esto, y horrorizaos; desolaos en gran manera, dijo el Señor. Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua”. Jeremías 2: 11-13
Dios es la fuente de agua viva, una fuente que nunca cesa, sin embargo, muchos cambian a Dios por otras personas, situaciones o cosas.
¿Cuántas personas dicen creer en Dios, sin embargo, acuden a la brujería como opción? ¿Cuántas personas arman ser fieles a Dios, pero fornican o adulteran? Es decir, cambian a Dios por cosas que un día perecerán en este mundo.
Por increíble que parezca, la gente no deja de ser hincha de un equipo para volverse fanáticas de otro, no le deja de gustar una comida o una canción favorita, como tampoco su estilo de vestir. El ser humano una vez que abraza su gusto por algo nunca más lo suelta, sin embargo, cambian a Dios por algo o alguien con mucha facilidad.
Colocar la religión, el dinero, el pecado o el conocimiento por encima de Dios ha sido el mayor tropiezo de muchos.
Entienda, la decisión de abandonar a Dios ha hecho que muchos se sientan solos, consecuentemente no consiguen progresar en ningún aspecto de sus vidas.
Ser fiel a Dios y colocarlo en primer lugar en su vida, no es un juego, se trata de un compromiso serio que no puede ser quebrado.
Dios no desampara a quien tiene un pacto con Él
Tenía cirrosis al hígado, pasaba más tiempo en el hospital que en casa, ya no me daban esperanzas de vida, porque a pesar de los tratamientos no había mejoría.
Un día vi un programa de la Iglesia Universal, tras el cual surgió en mí una esperanza, le pedí a mis familiares que me llevaran a la Iglesia y desde ese día pasé a creer en el milagro, me despojé de todo lo que tenía en mi interior, y fui a casa sintiéndome mucho mejor.
Con el tiempo aprendí a usar mi fe y en poco tiempo me curé por completo, al volver al médico los nuevos exámenes constataron mi cura.
Mucho tiempo pasó y puedo decir que he vivido los mejores años de mi vida en la presencia de Dios, con mucha alegría, paz y llena del Espíritu Santo.
He tenido la oportunidad de participar de varias Campañas de Israel en las que Dios me ha bendecido, incluso en la última campaña del mes de diciembre y ya habiendo hecho un pacto con Dios, tuve un accidente doméstico, sufrí una caída y me rompí la cabeza en el borde de un mesón, quedé en coma 6 días, los médicos dijeron que era difícil que me salvara pues tenía una aneurisma Al despertar del coma, me dijeron que debían operarme, no me garantizaban que todo saliera bien por la gravedad, sin embargo, mi pacto con Dios me dio la certeza de que todo saldría bien.
Después de la operación, desperté de inmediato, ellos comenzaron a hacerme muchas preguntas que respondí sin ningún problema, él doctor me miró y me dijo sigue prendida de la mano de Dios porque la operación ha sido un éxito.
El altar salvó mi vida, estoy muy bien, no tengo ninguna secuela gracias a Dios.
•• Sra. Flora Sánchez