Muchas cosas definen a las personas, pero las más significativas son las conductas y los pensamientos. Sí, leíste bien, los pensamientos también definen a las personas. Veamos un ejemplo:
Si un individuo decide abstenerse por un tiempo de los alimentos que le hacen mal para cuidar su salud, pero piensa en esa comida prohibida que tanto le gustaría comer y alimenta ese deseo, tarde o temprano, romperá la dieta y se sentirá frustrado por no haber sido lo suficientemente fuerte para resistir a la tentación.
Esta simple analogía sintetiza un poco la conducta del ser humano, porque todo surge en la mente y, si la persona alimenta determinados pensamientos, estos se convertirán en comportamientos. Por lo tanto, si los pensamientos son malos, también lo serán el vocabulario, las reacciones, los hábitos, las ideas, entre otras cosas.
Dios quiere que Lo honremos con nuestra vida, con nuestras actitudes, pero también con los pensamientos, con las intenciones del corazón. De esta manera, al ver que la persona se esmera en andar en Sus caminos y rechaza los pensamientos negativos que pueden perjudicar su sana conciencia, Él la honra dándole Su Espíritu.
Si quieres saber cómo agradar a Dios, participe mañana del estudio bíblico La Fe que Honra a Dios, a las 7 h, 10 h, 12 h, 15 h o 19 h, en todas las Iglesias Universal del país.