TU TRATAMIENTO CONTRA EL DOLOR ¿te hace daño?
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cinco personas en el planeta sufre de dolor crónico, definido como aquel que persiste por lo menos durante tres meses. Incluso, los expertos están de acuerdo en que es terriblemente subdiagnosticado.
Un cambio trascendental en el pensamiento del médico es que este padecimiento ha dejado de considerarse un síntoma; ahora se acepta como una enfermedad.
Si estás cometiendo cualquiera de los errores que mencionamos a continuación, tenemos la fórmula correcta para que el alivio sea más prolongado. ERROR: Hacerte la fuerte Una de cada cuatro víctimas de espasmo crónico espera por lo menos seis meses antes de consultar con un medico, además muchos pacientes controlan el dolor con medicamentos de venta libre.
¡Alíviate! Estudios muestran que la mayoría de las lesiones sanan por sí mismas en aproximadamente cuatro semanas.
ERROR: Has consultado con más de un especialista En nuestro fragmentado sistema de salud, con un especialista para cada dolencia, es fácil saltar de un médico a otro. Pero este ir y venir puede generar un desperdicio de tiempo y dinero, conducir a un exceso de resonancias magnéticas y retardar la llegada del tratamiento que cambie tu vida, dicen los expertos. ¡Alíviate! Busca a un médico que pueda hacerse responsable de coordinar todas las fases de tu tratamiento. Tu médico general es probablemente, el más indicado para ello.
ERROR: Temes hacer ejercicio Podría ser lo último que quisieras hacer si tienes algún dolor, pero los estudios demostraron que la actividad física lo reduce, ya que fortalece tus músculos y lubrica tus articulaciones, haciéndote menos propensa a nuevas lesiones. Además libera endorfinas, hormonas anestésicas por naturaleza que pueden disparar tu ánimo y hacerte sonreír, a la vez que combaten la inflamación asociada a un sinnúmero de condiciones molestas, como la gota y la artritis reumatoide. ¿No tienes ganas de levantarte de la cama? Ni siquiera lo pienses. Ponte tus tenis y verás que no habrá nada que te detenga. ¡Alíviate!
Empieza con movimientos lentos y sencillos, especialmente si has sido sedentaria durante meses. Practica de 5 a 10 minutos de caminata o alguna otra actividad de bajo impacto; si puedes, dos veces al día.
ERROR: Tu instinto dice “cirugía antes de terapia” La cirugía puede parecer la opción más efectiva, pero en lo que respecta al dolor crónico, la investigación es contradictoria. Estudios demuestran que operar para aliviar las molestias de la espalda baja sin evidencia de presión sobre algún nervio, por ejemplo, puede ofrecer un mínimo beneficio, si acaso, en comparación con un programa de rehabilitación -sin mencionar los riesgos de este tipo de procedimientos-.
¡Alíviate! Primero prueba los analgésicos, la terapia física o el ejercicio. Contra las molestias en la espalda, los expertos recomiendan una combinación de las tres opciones durante al menos seis meses.
ERROR: Desconfías de las medicinas Las noticias están llenas de historias sobre muertes accidentales por el uso de analgésicos o de celebridades que se hicieron adictas a ellos, por lo que muchos prefieren ir por la forma segura con fármacos de venta libre. Incluso, algunos médicos evitan los narcóticos por miedo de ser acusados de sobre recetar a sus pacientes.
¡Alíviate! La mayoría de los especialistas inicia a sus pacientes con bajas dosis de analgésicos y lleva a cabo evaluaciones cada tres o cuatro semanas para asegurarse de que están funcionando bien.
ERROR: No has considerado terapias naturales Si no puedes tomar analgésicos por sus efectos secundarios o solo deseas mejorar sus resultados, considera los tratamientos alternativos. Estudios clínicos muestran que la acupuntura, por ejemplo alivia el espasmo ocasionado por la osteoartritis, la ciática y los problemas de la espalda baja. Los pacientes de artritis reumatoide pueden beneficiarse con los efectos antiinflamatorios de los suplementos de ácidos grasos Omega 3.
¡Alíviate! Las terapias herbales no carecen de efectos secundarios y pueden interferir con otros medicamentos, así que siempre que pienses en seguir alguna, habla con tu médico antes de hacerlo.
Fuente: revista Prevention por Laurie Tarkan