Cuando Elías hizo la oración diciendo: “Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme?”. (Romanos 11:3)
Él estaba exigiendo de Dios una posición, como quien dice: ¿vas a permitir que todo eso suceda conmigo? ¿Permitirás que hagan conmigo lo que hicieron con los demás profetas?¿No vas a hacer nada por mí, no harás algo por mi vida?
Elías cobró de Dios esa posición porque él ya se había posicionado en el Altar, ya no le faltaba hacer nada, cuando él oró dijo: yo hice todas esas cosas conforme a Su Palabra; él ya había hecho la parte que le tocaba con una fe definida, por eso él podía cobrar de Dios para que hiciera algo, que no permitiera que aquella situación siguiera.
Hay muchas personas que esperan que Dios se manifieste en sus vidas, pero ellas no manifiestan la fe, en cuanto a esto Él no puede hacer nada.
En la epoca de Elías los profetas de Dios eran perseguidos y asesinados, todo esto para que el pueblo dejara de buscar a Dios, y la Biblia menciona que hubo 7000 personas que se mantuvieron fiel, que no doblaron sus rodillas ante Baal (dios pagano), pero aunque no se postraron, tampoco tomaron decisiones para cambiar la situación y es justamente ésto lo que diferenció a Elías de los 7000, pues él además de no aceptar la situación humillante en la que estaban, decidió tomar una actitud osada, colocó su vida en riesgo, pero “era todo o nada”.
Elías fue al altar y desafío a los profetas de Baal, a fin de que quede probado quien es el verdadero Dios. Elías salió del medio de los 7000 y fue al Altar.
Entienda, no postrarse delante de los problemas no significa que su vida cambiará.
Seguramente usted no acepta que su vida está de la manera en que está, pero ¿qué está haciendo para cambiar esa situación? Ese es el punto. Por eso cuando la persona se posiciona en el Altar y hace lo que tiene que hacer, Dios también se posiciona en cuanto a la vida de ella, no permitiendo que la situación de vergüenza y humillación continúe.
Ese es el Espíritu de la fe inteligente, ese es el eje de la Hoguera Santa, si voy a exigir de Dios el Fuego (Espíritu Santo), yo tengo que posicionarme en el Altar y entregarme cien por ciento, renunciando a todo lo que me aleja de Dios, porque el fuego no baja sobre la nada, el fuego sólo baja sobre el sacrificio presentado en el Altar, y cuanto más perfecto es el sacrificio, más Fuego Dios va a enviar sobre el Altar, que es nuestra vida.
Participe este domingo en la Concentración de Fe y Milagros, a las 9H, la cual ocurre en la Av. de Las Américas 305 al Norte de Guayaquil.