Muchas personas en el mundo entero, creen fervorosamente que conocen a Dios, pero si le preguntamos ¿cómo sabe que lo conoce? la persona se queda pensando y hasta dice ¡Claro que si lo conozco! voy todos los días a la iglesia, hago mis oraciones.
¿Pero será que alguna vez Dios se ha revelado para ellas? Conocer a Dios es tener experiencias con Él, compartir momentos a solas en donde Dios habla con nosotros, en donde nos dice cuanto nos ama y lo preciosos que somos para Él, Dios muestra su amor cada día de nuestra vida, a través de todo lo que pasamos, ya que cuida de nosotros en el momento de angustia y de dolor, nos fortalece y nos llena con la certeza que Él está al control de todo.
Cuando Lo colocamos en primer lugar, abrimos la puerta para que Él entre en nuestras vidas y empiece a obrar.
“Al participar de la Concentración de Fe y Milagros, le abrí la puerta a Dios para que empiece Su obra en mí, yo llegué a esta reunión con fuertes dolores en los pies, sentía hincones que no me permitían caminar, inclusive cojeaba, pero bebiendo del Agua Bendita, los dolores salieron, me encuentro curada, gracias a Dios.
Cada día en la presencia de Él es un paso para conocerlo más y más.”
Me sumergí en el mundo de la magia y mi vida quedó en caos
Desde muy pequeña mi vida estuvo marcada por la tristeza, ya que mis padres se separaron y mi madre al no tener como conseguir alimento para mi hermana y para mí, decidió regalarnos a unos familiares.
Años después donde vivía conocí a un joven, nos enamoramos, luego empezamos a vivir juntos y tuve con él dos hijos; una de mis mayores desilusiones fue cuando me enteré que él tenía esposa, sin pensarlo me separé y decidí sacar a mis hijos adelante. Conocí un grupo de amigas que practicaban la magia, ellas me incentivaron a que aprendiera, ya que me serviría para poder tener como sustentar a mis hijos, fue así que empecé a aprender a realizar rituales, baños, lectura de cartas, adivinación del futuro, en fin, me fui sumergiendo en ese mundo, el mismo que me servía de sustento para ayudar a mi familia.
Por muchos años practiqué la magia, yo sabía que todo lo que hacía estaba mal por eso un día decidí abandonar esa vida, empecé a quemar libros y todo lo que contenía esas enseñanzas, fue ahí que empezó el verdadero infierno, por las madrugadas no podía dormir, sólo pasaba llorando, con miedo, sentía que alguien me perseguía, escuchaba voces que me incentivaban a destruir y vengarme de las personas que me habían hecho daño, me decía no vales nada, nadie te quiere, es mejor que te mueras. Mi vida económica estaba destruida, yo estaba enferma, mis hijos estaban involucrados en pandillas.
Todo esto me llevó a pensar en quitarme la vida, un día recibí una invitación para asistir a la Iglesia y mis preconceptos me hacían decir que no, luego al darme cuenta que era mi única oportunidad para ser feliz decidí asistir, desde el primer día en mi hubo un alivio y tuve certeza que allí encontraría la paz que tanto buscaba, hoy mi vida está transformada, tengo el Espíritu Santo, conquisté una profesión, mi salud está restablecida, mi familia es una maravilla, en mi casa hay amor, armonía, amistad, todo la felicidad que soñaba, ahora es una realidad.
Participe cada domingo en la Concentración de Fe y Milagros. Además reciba un mensaje que fortalecerá su espíritu. Participe a las 9H, en la Av. de Las Américas 305, Norte de Guayaquil o en la Iglesia Universal más cercana a su hogar y reciba la misma oportunidad que tienen miles de personas, para poder cambiar el rumbo de sus vidas.