Para mantener una relación saludable con una persona es necesario siempre corregir y abandonar todo lo que le desagrada a esa persona. De lo contrario, es imposible que exista un acuerdo y armonía entre ambas partes. La convivencia simplemente no existiría.
¿Con el Espíritu Santo podría ser diferente? ¿Podríamos tener una relación con Él, mientras hacemos lo que a Él no Le agrada?