“Y todas estas maldiciones vendrán sobre ti y te perseguirán y te alcanzarán hasta que seas destruido, porque tú no escuchaste la voz del Señor tu Dios, no guardando los mandamientos y estatutos que El te mandó.” Deuteronomio 28:45
Los males también corren detrás de los que no oyen la Voz de Dios, porque han sido cobardes en no cumplir los mandamientos y estatutos ordenados por el Altísimo, que son para su propio bien y para librarlos de todos los males.