En el último post sobre cómo disminuir el estrés, se habló acerca de cómo Dios nos da una manera de mantenernos equilibradas y saludables, aun cuando nuestros ovarios están lentos. Es en ese momento que nuestras glándulas suprarrenales, en calma, asumen el control. Dios las creó para que fuesen nuestro salvavidas, para mantenernos felices y saludables cuando nuestras hormonas cambien, pero nuestro propio descuido puede sobrecargarlas. Abusar de tus glándulas suprarrenales significa mantener hábitos poco saludables que las fuerzan a producir adrenalina y cortisol más de lo habitual a lo largo de los años, y cuando necesitas que ellas asuman el papel de los ovarios en la producción de hormonas, están totalmente desequilibradas.
Si eres joven, entonces sigue estos consejos para comenzar a cuidar de tu salud desde ahora. Si ya estás en la menopausia, estos mismos consejos te ayudarán a revertir el cuadro de sobrecarga de tus suprarrenales y revitalizarlas. Ellas afectan no solo a tu cuerpo, sino también a tu claridad mental e, incluso, en tu humor. Yo pude ver estos cambios en mí misma.
- Disminuye la ingestión de carbohidratos, especialmente gluten. Si logras pasar un mes sin ingerir cualquier producto derivado del trigo (pan, pastas, tortas, bizcochos, cereales matinales, etc.), verás inmediatamente un gran cambio en tu peso, en la retención de líquidos y en los niveles de energía. ¡Vas a levantarte más animada! Al menos que seas una atleta que quema millones de calorías por día, intenta hacerlo, tu cuerpo estará agradecido.
- Sustituye todo el azúcar por stevia. Sé que tiene gusto amargo con respecto al azúcar, pero, así como los carbohidratos sobrecargan las glándulas suprarrenales, el azúcar las golpea. ¿Por qué la stevia? Porque es el único endulzante natural que no está lleno de productos químicos perjudiciales para la salud. ¡Una ¾ parte de algunos de ellos tiene una composición química semejante a la del agua sanitaria! Tú no quieres perder peso y dañar a tu cuerpo al mismo tiempo. Por eso, aprendí a convencer a mi mente para que le guste la stevia, y si a ti te importa tu templo, lo lograrás también.
- Toma un poco de sol, ¡pero no te quemes! Los rayos saludables que generan vitamina D y que Dios nos envía diariamente desde la estrella más próxima de nuestra galaxia, tiene la función de fortalecer a nuestros huesos, reforzar nuestro sistema inmunológico, mejorar nuestro humor y capacidad de pensar. El sol a través de la ventana no cuenta, por eso, debes salir una vez al día por lo menos 20 minutos para cuidar de tu belleza.
- Respeta tu ritmo circadiano, que es tu patrón natural de sueño. El cuerpo humano fue hecho para descansar durante la noche y estar alerta durante el día, parece lógico, pero una vez que podemos hacer tantas cosas usando la luz artificial, terminamos trabajando mucho más de lo que está programado nuestro relojito interno que Dios nos dio. Cuanto más obedecemos al ritmo natural de dormir temprano (antes de las 23 Hs., o incluso más temprano) y saltar de la cama después de más o menos 8 horas, menos estrés le estaremos colocando a nuestras glándulas suprarrenales, y más profundo y reparador será nuestro sueño.
- Ama los vegetales y ellos te amaran a cambio. Substituye los carbohidratos por vegetales saludables en tus comidas. Come una deliciosa carne magra con una variedad de verduras rehogadas o cocidas al vapor y ensalada. El consumo de jugos naturales también es una excelente forma de incorporar frutas y verduras llenos de energía a tu dieta.
- ¡Muévete! Camina. Baila. Corre. Levanta peso. Anda en bicicleta. Tu sabes qué hacer, ¡diviértete y hazlo! Pero no elijas un ejercicio que te estrese demasiado, porque te va a salir el tiro por la culata. Tu objetivo es revitalizar tus glándulas suprarrenales, y no sobrecargarlas aún más.
- Usa tu fe. Ser negativa no va a motivarte a hacer cualquiera de estas cosas. Ser de Jesús significa que tienes autoridad contra el mal humor, miedo, procrastinación, y cualquier otra forma de resistencia que el diablo intente usar contra ti. Recuerda que eres una vencedora en Cristo y que puedes todas las cosas en Aquel que te fortalece. Cuida bien de tu bello templo: cuerpo, mente y espíritu, y él cuidará de ti por el resto de tu vida.