La Iglesia Universal, a través del grupo «Ángeles de la Noche», hace un trabajo incansable.
Voluntarios, salen a la calle para llevar comida, un mensaje de fe y ánimo para quien lo necesite pueda cambiar de vida.
Es muy común que las personas se proyecten nuevas metas, planes y objetivos en un nuevo año, con el fin de proporcionar una vida de calidad para la familia.
Sin embargo, para muchos aquel sueño fue interrumpido por diversas situaciones que ocurrieron.
Hoy en día muchos son los jóvenes y adultos que trabajan en las calles arduamente y muchas de las veces no logran ni siquiera comer con el fin de ayudar a su familia por la situación en la que se encuentran; otros no tienen familia e hicieron de las calles su hogar.
Es por ello que los voluntarios de los Ángeles de la Noche trabajan sin descanso en favor de los que menos tienen y salen a los distintos puntos de la ciudad ayudando a los que necesiten.
En esta ocasión se dirigieron a la entrada de la 8 al norte de Guayaquil y reunieron a los que se encontraban en el lugar; los voluntarios empezaron a conversar con ellos y les transmitieron un mensaje de fe, el cual fue de mucha ayuda para que tengan fuerzas para seguir adelante. Al finalizar se realizó una oración especial y también se obsequió una deliciosa merienda, la misma que fue bien recibida. Los beneficiarios, agradecían por aquel gesto de amabilidad.